Coaching y Formación ¿Es lo mismo?

En principio, para quien tenga conocimiento de amas disciplinas la respuesta puede parecer obvia, es decir, no. No es lo mismo, dos ciencias diferentes.

coaching-y-formacion-es-lo-mismo

La educación tiene marcada una asimetría entre alumno y profesor en la que, tradicionalmente, el profesor es quien tiene el conocimiento que imparte al alumno, el cuál no lo tiene.

Es cierto que hay diversas teorías que abogan por metodologías de corte innatista, como de las que bebe el coaching en el que el profesor es un instrumento que ayuda a que el alumno alcance el conocimiento. De hecho, esa filosofía hace posible que posamos seguir contestando a la pregunta que encabeza este articulo sin necesidad de una negación rotunda.

El coaching también presenta una asimetría entre coach y coachee, en la que uno es quien dirige la sesión, pero la diferencia radica en el que el conocimiento y las capacidades se encuentran en el coachee y la función del coach es que este se haga consciente de ello y sepa integrarlas en su vida. A priori no parece un método adecuado para enseñar historia, o matemáticas, ya que hay un desconocimiento por parte del alumno de conceptos y necesita oírlos de otros.

Bien, puede ser cierto, pero también es cierto que vivimos en el mundo de las nuevas tecnologías y la transmisión de conocimientos como se ha llevado hasta ahora en el sistema educativo queda anacrónica. Pero de eso hablaremos otro día.

Hoy la intención era introducir el tema de coaching y formación, y para ellos, para poner en marcha el debate, voy a proponer dos formas en las que pueden integrar ambos:

– Como herramienta: La educación no es una actividad que nazca en el vació, sino que parte de diferentes filosofías que van construyendo una metodología a cada educador. En este caso, los principios filosóficos del coaching pueden servir para construir las actividades, para diseñar los métodos de evaluación o para trabajar las dinámicas en clase (feebdbacks, correcciones, etc.). En este caso no estaríamos utilizando el coaching en sí, ya que metodológicamente es una técnicas muy precisa en cuanto a sus normas, pero sí estaríamos incluyendo sus preceptos en otra práctica

– Como apoyo: En este caso dividimos la formación y el coaching en dos espacios separados, aunque o puedan tener un objetivo común, el desarrollo de la persona. Así como muchos colegios ofrece la figura del orientador, que nunca debiera convertirse en la extensión del aula, el cambio propone que esta figura será la que acompañe a los alumnos.

Un coach con el que puedan tener un proyecto de desarrollo, centrado en el problema específico con una materia, o quizás se puedan abordar temas mayores, pero, en cualquier caso, a ir unido con un proceso formativo paralelo, se refuerza la intensidad del trabajo.

Scroll al inicio