Respetando las normas
Entras a un centro comercial con tu automóvil, moto o, incluso, bicicleta y te diriges a buscar algún lugar en el cual aparcar al entrar al estacionamiento, notas que se encuentra lleno a todo dar y de repente vislumbras un lugar, te diriges lo más rápidamente que un comportamiento de buen ciudadano puede permitirte en ese lugar y logras estacionarte. Sin embargo, después de una encantadora tarde compras o de paseos y helados, quieres tomar tu vehículo para irte a descansar a casa pero no puedes porque alguna otra persona quiso pasarse de lista ignorando la adecuada conducta moral del buen ciudadano y estacionó su carro justo al frente o detrás del tuyo, bloqueándote la salida aunque sea pequeño y no moleste en el tránsito de los demás usuarios.
Estos molestos episodios de falta de empatía ciudadana son más comunes de lo que la mayoría de las personas pudiera creer, razón por la cual los establecimientos de índole pública, comercial, e incluso privada, han recurrido a una solución que el mercado les ha ofertado: la utilización de topes de estacionamiento.
Los topes de estacionamiento son esos objetos con forma o bien de cilindro prolongado o con forma rectangular que se encuentran en uno de los extremos de cada uno de los lugares para aparcar de un estacionamiento, los cuales se suelen colocar con el objetivo de que algunos usuarios no quieran hacer de las suyas estacionándose más allá de su lugar permitido y evitar episodios molestos y/o accidentes al momento de sacar el carro.
Los modelos de topes de estacionamiento pueden variar desde los típicos cilindros con bases, de metal o madera, clásicos de las construcciones del siglo XX hasta el establecimiento de formas rectangulares en los suelos, con colores reflectantes y de materiales que se diversifican entre el metal, los polímeros y el caucho.
Imagen de Greenmats