El estrés puede movilizarnos para actuar, agudizar nuestros sentidos, aumentar la concentración y la capacidad de recordar. Sin embargo, en dosis demasiado altas, es destructivo, por lo que es importante poder controlarlo. En primer lugar, es fundamental hacer coincidir la profesión con el carácter y el temperamento del empleado.
Manejar el estrés es más fácil cuando disfrutas de tu actividad profesional y estas feliz de volver a ella. Para lidiar con la tensión, vale la pena:
Elige la profesión adecuada
El trabajo puede ser un tormento para nosotros cuando lo hacemos en contra de nuestra voluntad. La alegría de llevar a cabo tareas específicas hace que el estrés sea menos severo y no tiene un efecto destructivo en nosotros. Su efecto se minimiza con sentimientos positivos.
Prepárate para trabajar con diligencia
Te sientes más seguro y tranquilo cuando comienzas a desempeñar nuestras funciones con los conocimientos y habilidades adecuados. Para reducir el nivel de estrés e incertidumbre, preparémonos para trabajar. Por ejemplo, mantengámonos actualizados con los cambios que se están produciendo en nuestra industria, aprendamos nuevas habilidades y cuidemos nuestro desarrollo.
Detectar fuentes de estrés
Para combatir eficazmente la tensión que nos acompaña en el trabajo, averigua qué situaciones, hechos o personas nos evocan emociones negativas. Con este conocimiento, podemos afrontar conscientemente los problemas y encontrar una solución.
Mantener buenas relaciones con los colegas
El nivel de estrés que nos acompaña en el lugar de trabajo también depende del ambiente allí. Intentemos construir relaciones positivas con los colegas. Para ello, desarrollemos nuestras habilidades comunicativas. Aprendamos a expresar nuestra opinión para no ofender ni enfadar al interlocutor.
Mantén el lugar de trabajo ordenado
El desorden en el escritorio nos dificulta encontrar los documentos que necesitamos «ahora mismo». También evoca impresiones estéticas desagradables que no nos hacen sentir positivos. Vale la pena mantener ordenada la encimera si queremos evitar tensiones innecesarias.
Lleva contigo tus pertenencias personales
Para que el lugar de trabajo nos parezca más agradable, podemos poner una flor en una maceta en el escritorio o un marco con una foto del esposo / esposa, hijo u otro ser querido. Los elementos familiares y que nos gustan evocan asociaciones agradables y nos permiten olvidarnos de lo que nos molesta y abruma en el trabajo.
Concéntrate en actividades individuales
Realizar varias tareas al mismo tiempo nos produce estrés porque no podemos concentrarnos por completo y estar al día con todo. Vale la pena centrarse en actividades individuales. Gracias a esto, podemos cumplir con nuestras obligaciones de forma gradual y precisa.
Haz deporte
Incluso una pequeña cantidad de esfuerzo físico hace que nuestro cerebro se oxigene mejor. En consecuencia, nos volvemos menos propensos a los efectos negativos del estrés. Vale la pena dar un pequeño paseo durante el descanso.
Bromear y reír
La tensión también disminuye cuando reímos. El sentido del humor es un rasgo beneficioso que nos permite deshacernos eficazmente de las emociones negativas o calmar su impacto.
Admite tu miedo y piensa en cómo combatirlo
En primer lugar, piense en qué tiene miedo: ¿excusas del jefe, responsabilidades excesivas, contacto con colegas?
Considere cómo puede minimizar su estrés. Por ejemplo, si siempre está paralizado por la idea de hacer una presentación frente a una audiencia más grande, hable con su jefe sobre la oportunidad de participar en una capacitación para hablar en público para ayudarlo a superar este miedo. Además, tómese más tiempo para practicar su presentación, por ejemplo, en casa frente al espejo; si está bien preparado, se sentirá más seguro y la posibilidad de que el estrés lo paralice será menor.
Aprende a descansar
Nadie puede estar en espera las 24 horas del día. por día, y si alguien así lo cree, puede pagar un alto precio por ello. No en vano los psicólogos, así como los empleadores cada vez más conscientes, animan a los empleados a utilizar sus permisos. Las investigaciones muestran que una persona que ha descansado bien simplemente trabaja mejor: es más eficiente y se las arregla mejor en situaciones nerviosas. Por tanto, si no quieres meterte bajo el estrés del trabajo, ocúpate de los días libres, dedicados a la pereza, las reuniones con familiares o amigos o tu hobby. Si no le gusta hacer nada, elija el descanso activo, preferiblemente al aire libre y lejos de su computadora portátil corporativa.
Deja caer tus emociones
Reaccionar bajo la influencia de las emociones rara vez es bueno para nosotros, también en el trabajo. El comportamiento emocional puede causarle problemas y solo aumentar su estrés. Por eso, vale la pena prepararse para los momentos nerviosos y tratar de mantener la calma. Recuerde: en el trabajo les pasan a todos y no vale la pena enfadarse.