¿Cómo afrontar los riesgos de trabajo en las mujeres?

 

A menudo se habla de los riesgos laborales en relación a trabajos específicos, sin embargo hoy cambiamos el foco y pretendemos centrarnos en los riesgos de trabajo que atañen a las mujeres, por cuestión de género. Podríamos señalar como los riesgos específicos de ellas el acoso sexual y la doble presencia, es decir en el hogar y en el trabajo. En lo que sigue a continuación te contamos sobre qué riesgos son los que deben afrontar las mujeres y de qué forma se pueden afrontar. Si eres mujer, no puedes dejar de leer lo que sigue aquí abajo.

¿Qué riesgos laborales deben afrontar las mujeres?

Cuando hablamos de riesgos laborales, se puede hacer referencia a distintos niveles, por ejemplo:

  • Físicos: son aquellos riesgos que están relacionados con condiciones del lugar que afectan al organismo de la persona, como los ruidos, las radiaciones, vibraciones, etc.
  • Ergonómicos: son los riesgos a los que se expone una persona al hacer posiciones o gestos repetitivos
  • Químicos: Se trata de los riesgos que se corren en aquellos trabajos en los que se está en contacto con algún veneno, plaguicidas, etc.
  • Biológicos: Está en relación con el riesgo de contraer enfermedades, como la hepatitis, el HIV, etc.

Hecha esta aclaración respecto a qué nos podemos referir cuando hablamos de riesgos laborales, ahora te contamos cuáles son los principales riesgos laborales a los que se exponen las mujeres.

Uno de ellos es el de sufrir de trastornos músculo esqueléticos, que son la consecuencia de hacer trabajos repetitivos, levantar peso, etc. También se exponen a problemas dermatológicos ya que, según indican las estadísticas, cada un hombre con dermatitis, hay dos mujeres que la padecen. Además está el riesgo por exposición a sustancias químicas que podrían afectar negativamente a ciertos órganos. En esta misma línea se sitúa el riesgo de cánceres específicos, como de mama, ovarios, etc. Esto puede venir de la mano de problemas de salud sobre todo en la fertilidad (abortos espontáneos, imposibilidad de concebir, etc).

Por último, el principal riesgo laboral que es específico y único de las mujeres es el acoso sexual, la intimidación y la violencia sexual.

Recomendaciones para afrontar estos riesgos y el estrés laboral

La principal recomendación es hacer ejercicio, porque además de contrarrestar los dolores físicos que provoca un trabajo en particular, ayuda a bajar los niveles de estrés. De todas maneras, estos ejercicios pueden realizarse a lo largo de una jornada laboral, porque basta con caminar 100 metros cada dos horas, hacer ejercicios que relajen las piernas y el cuello, pestañar frecuentemente para evitar que el ojo seco por estar enfrente de una computadora.

Para evitar el estrés laboral, lo que se recomienda es dedicarse tiempo a una misma, a hacer aquellas cosas que renueven las energías y nos motiven a encarar el día. Así mismo es fundamental contar con las horas suficientes de sueño, porque eso permite encarar la jornada laboral más relajada. También se recomienda emplear técnicas de relajación para aliviar la tensión del día y dejar de lado la afirmación de que todo lo podemos, porque ésta es la principal causa de estrés.

¿Cómo defenderse del acoso sexual en el trabajo?

Es importante que desde el comienzo de la relación laboral, se marque la distancia respecto a las situaciones molestas o de humillación. Hay que demostrar el desacuerdo en los momentos de intimidación o insinuación, aun cuando se trata de un chiste, porque éstos suelen ser la principal herramienta a la hora de acosar a intimidar a una mujer.

Además es importante que si estás sufriendo una situación de acoso en el trabajo, tu círculo de allegados esté al tanto de esto y lo ideal sería acudir al Ministerio de Empleo o mejor aún, a un abogado laboralista en búsqueda de ayuda.

Scroll al inicio